jueves, 31 de mayo de 2012

Un aire de heroina


Ser mujer en un mundo empresarial “desarrollado” sigue teniendo un aire de “heroína”. No es fácil para quien se ha preparado y se sabe preparada sentirse discriminada respecto del varón, solo por no serlo. La situación se agrava si además es madre, en términos generales.

La mujer percibe un 33% menos de salario.

La conciliación de vida laboral y familiar no deja de ser una quimera. Esto produce una bajada de la natalidad , ya que muchas mujeres no pueden o no quieren perder ese puesto de trabajo, ni renunciar a su carrera profesional. La solución sería poder conservar el empelo a tiempo parcial y/o flexible. Compartir el trabajo con otra persona generaría menor desempleo y la continuidad en el puesto.

En España tienen hijos sobretodo las mujeres que carecen de empleo, sea esta situación voluntaria o consecuencia del mercado laboral.

Si el puesto de trabajo es de alta dirección, suele mantenerse con la contratación de determinados servicios para llevar a cabo las tareas del hogar.

Algunas mujeres acaban sacrificando su carrera profesional por la falta de apoyo social o familiar a la hora de cubrir las necesidades, sobretodo afectivas y escolares de sus hijos.

No obstante no hay que tirar la toalla el aumento de la participación de la mujer en todos los ámbitos de la vida laboral y social es imparable.

En el ámbito familiar, la mujer debe saber delegar, él también sabe, puede y debe compartir todos los aspectos de la misma. Con frecuencia las mujeres piensan que como ellas no lo hará nadie, y a ellos les puede resultar cómodo.

No puedo dejar de exponer una reflexión que con cierta frecuencia he manifestado ante algunos dirigentes empresariales:

Por un lado ellos podrían ser los más interesados en que las mujeres tengan hijos, pues visto desde el aspecto material, serán posibles consumidores y no hay que despreciar el potencial de mercado que tendrían ante sí.

En un sentido más trascendente, desde mi punto de vista y lo que considero los más altos valores, un embarazo nunca debería ser un problema, aunque genere dificultades, pues un hijo es una persona que nos aportará muchas alegrías con alguna contrariedad.

Caso aparte en la discriminación es la que se da contra los emigrantes.

Añadimos a todo lo expuesto el que son extranjeros, “extraños” a nuestra cultura, nuestro grupo social, nuestra posición , nuestros conocimientos, … y hacemos de ellos nuestros enemigos, olvidando que de un modo u otro todos somos emigrantes. Emigramos de lo que somos para alcanzar lo que queremos ser.

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