martes, 26 de mayo de 2015

¿Tú trabajas...?


Una de mis nietas de dos años y cuatro meses :

Ella:   "Papá trabaja, mamá trabaja, l'avi (el abuelo, en catalán), trabaja, y... ¿tú avia (abuela) trabajas?
Yo:     Sí claro. antes trabajaba en casa y fuera de casa y ahora trabajo en casa.
Ella:   ¿Tienes ordenador?...
Yo:     Sí claro, tengo ordenador."

Aquí se resuelven todas sus dudas. Si yo tengo ordenador seguro que trabajo...

Mis padres tuvieron que emigrar por cuestiones económicas, aún cuando su capital inmovilizado era importante para la época. Comencé a trabajar en a los 12 años en el negocio familiar. Más tarde como auxiliar de clínica, en empresa ajena.

Fuí a la universidad Politécnica de Cataluña, dónde cursé estudios de ingeniería industrial superior. en los años 70 del siglo pasado, cuando eramos 12 alumnas en toda la ETSIIB, frente a unos 4000 varones.

Me casé.Tuve tres hijos. Empezé a llevar una familia

Comenzé a llevar una casa, actividad que no he dejado de hacer en casi cuarenta años. Dónde me otorgué el titulo de:
"Gerente de una pequeña empresa familiar, con un trabajador por cuenta ajena, mi marido, y la producción de dos elementos únicos, nuestros hijos.

Complementé mi formación con distintas disciplinas.
Trabajé en docencia.
En empresas informáticas.
En formación de adultos.
Soy de las primeras promociones de Técnico en Prevención de Riesgos Laborales, ejercí durante diez años, en empresas nacionales y  multinacional...
Al estar afectada por un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) y estar sin actividad en empresa ajena, volví a la Universidad de Barcelona a los 59 años, dónde me diplomé en Ciencias Empresariales, con el interés de mejorar mi formación, a fin de obtener un nuevo empleo, en tiempos más que difíciles... Sigo en el empeño.
Entre tanto echo una mano a mis hijos con los suyos, cuatro meses al año cuido a mi mamá de 98 años y siete meses,....
Y mi linda nieta me pregunta "¿avia treballas?"

Sí, porque tengo ordenador !!!



domingo, 17 de mayo de 2015

Voto por correo: Jugar a barcos


A una semana de las elecciones municipales ya he votado. Lo he hecho por correo, para asegurarme que lo podría llevar a cabo, tengo dudas razonables de mi disponibilidad el día de las elecciones, para ejercer mi derecho y mi obligación de votar, como ciudadana que desea ser responsable de sus obligaciones, para poder exigir sus derechos.

Y ahora reflexiono... Lo hago sobre la idoneidad del sistema de voto por correo, o adelantado, teniendo en cuenta que la campaña es incierta, que los partidos no han expuesto sus programas, que tan solo se han dedicado a "tocar" al adversario por si se presenta la ocasión de "hundirlo", como en "el juego de los barcos", en el que los jugadores dibujan sobre un papel cuadriculado, unos barcos de distintos tamaños, y dando unas coordenadas hay que ir "hundiendo" los barcos enemigos a base de "tocarlos", es decir acertando en que coordenadas los ha colocado. es tan sencillo que puedo hacerlo con mis nietas desde que tienen cuatro años y saben identificar las letras y los números, para elegir coordenadas.

De igual manera, en la campaña, los miembros de los partidos políticos, van eligiendo coordenadas de los adversarios hasta "tocarlos " y "hundirlos". Esto con lleva a ir mostrando las debilidades y fortalezas, propias del "enemigo". Así se van clarificando (si se tiene el don de la clarividencia) las posiciones públicas y políticas de los candidatos, y llegado el día de las votaciones hacerlo con la máxima información posible, a fin de errar lo mínimo en la decisión de elegir a quien ha de gestionar la política y sobre todo los recursos de los ciudadanos.

Llegado a este punto de mi reflexión, me doy cuenta que haciendo uso de la opción "voto anticipado por correo" estoy disminuyendo mi objetividad, por la falta de información que se me pueda facilitar en los últimos días de campaña...  y ¡me siento engañada! Una vez más el sistema es perverso en sí mismo. Ya no tengo opción de cambiar el sentido de mi voto, si se produce una información que pueda ser relevante para la toma de decisión que me ha llevado a elegir a uno u otro, e incluso a ninguno, de los candidatos, pues varios antes de la fecha de las elecciones, mi información es sesgada y con ello mi voto puede ser equivocado... Y lo que es peor aún, sin quererlo puedo haber contribuido a la elección de aquel partido al que, de haberlo sabido,  no habría votado nunca.

Conclusión: ¿Para cuándo el voto electrónico, que se ejerza en el día de las elecciones, estés en la disposición que estés, si tienes una aplicación que te de acceso a ello.?

domingo, 10 de mayo de 2015

¡¡¡Hastío...!!!

Todavía no se han cumplido las 24 horas del inicio de la campaña electoral para elegir a quienes nos "gobernarán" desde los ayuntamientos, y ya me siento harta de tanta mentira, tanto ataque a las personas por lo que piensan, tanta discriminación por sentir y pensar diferente, tanto intento de "vivir del cuento", que pretenden muchos de los que están incluidos en las listas electorales elaboradas pensando en los tontos votantes que acudiremos a las urnas con la ilusión de pensar que vamos a cambiar "nuestro mundo".

El desencanto y la desilusión de tantos años esperando que la democracia funcione, como la forma de gobierno menos mala y seguir esperando...

Los griegos ya distinguían entre el hombre "idiotes" y el "polites.
Sin duda el "polites" era y sigue siendo el que contempla el gobierno del pueblo desde su perspectiva, como las acciones necesarias para convertir en borregos que le sigan a todos los "idiotes" que encuentre en el camino y depositen el voto a su favor en las urnas.

No añadiré nada nuevo a lo que ya se ha ido destapando de los candidatos, que no son precisamente "cándidos".

La mayoría de ellos han elaborado discursos grandilocuentes y retóricos según el público a quien van dirigidos. No tienen en general contenido. Pura demagogia y vacíos de sentido. Nada de lo que en ellos se dice será útil a los ciudadanos de a pie. Promesas incumplibles o falsas promesas de que todo mejorará y entraremos en un estado de " Alicia en el país de las maravillas".

Me gustan y amo a las personas de los distintos pueblos de España, no tengo nada, absolutamente nada contra unos u otros por ser de dónde son, tampoco tengo preferencias hacia estos o aquellos, por la misma razón, pero no siento el menor apego al estado que lo soporta.

Siendo como es el estado un conjunto de leyes que marcan la convivencia entre los ciudadanos de un pueblo, en el sentido amplio, no me gustan las leyes bajo las que me veo obligado a vivir. Unas por que son injustas, aunque sean legales, pienso en la Ley del Aborto. Otras no me gustan por que son discriminadoras por razón de sexo, edad o creencias, pienso en los limites legales para optar a unas oposiciones a las Administraciones del Estado.

Lo que ya me parece el colmo de de la osadía es ver en algunas listas personas que tienen la edad legal, justita, para votar pero no tiene todavía la edad y/o experiencia para gobernar un pueblo.

No quiero seguir con las desaprobaciones porque también estoy en lo cierto de que existen candidatos honrados que actúan de buena fe y con animo de ayudar a los conciudadanos, pero justamente por esto son los que pasan desapercibidos en un sociedad que ha normalizado la corrupción, el engaño, la falta de respeto,...

Siento ¡hastío!

miércoles, 6 de mayo de 2015

Silencio interior

Como la mayor parte de los día al despertar, me imagino sentada escribiendo, sin pensar en el tiempo. Páginas y páginas de frases que expresan y definen todo aquello que he vivido... y no sólo eso, sino que puedo vivir para contar.
... para contar ¿a quién?

Tal vez el destinatario no sabré nunca quien ha sido.

Aquellos con los  que he compartido mi vida, piensan que ya lo saben todo sobre mí, y no tienen interés, curiosidad, deseo de comprender y comprenderme, ... o tal vez sí.

No escribo para ellos.

Otros que han ido pasando y aún están en mis recuerdos (han sido en el pasado y ya no están), difícilmente llegará a sus manos mis escritos.

No escribo para ellos.

Ahora están los que acaban de llegar. criaturas que llenan de nuevo mi vida. Que me traen la alegría, alegría de vivir; la esperanza de un futuro que se hace presente cuando les veo crecer; cada día un poco más altos, más fuertes, más autónomos, con mas conocimiento y más sabiduría. Cada instante les aporta más libertad; les hace más personas, más independientes...

No escribo para ellos.

Entonces ¿para quién escribo?.

Tal vez me he formulado la pregunta de forma inadecuada.

Para llegar al fondo de la cuestión mejor será seguir el método: ¿qué?;  ¿cómo?; ¿por qué?.
de las tres preguntas básicas., la que verdaderamente me trasciende es ¿por qué?.

Silencio interior.

Reflexiono sobre ello, sobre el "por qué" de escribir. Son muchas las aparentes razones que me llevan a hacerlo. Unas de índole material: porque tengo papel  y lápiz; conozco la técnica gráfica para estampar en una superficie limpia signos que identifican conceptos; conozco también los recursos gramaticales de la oración: sujeto, verbo, y predicado, que hacen comprensible lo que escribo.
Sin duda todo ello es necesario, sin estas realidades no podría escribir, pero no son la respuesta al ¿por qué?.

Nuevamente silencio interior.

Oigo sonar las cuerdas de un piano. Me concentro en escucharlas y el silencio interior se hace más profundo.

Es silencio de voces, de pensamientos, de ruido,... Pero no es vacío interior.

El sonido de un arpeggio en el piano, me lleva de nuevo a la pregunta: ¿por qué? ¿por que escribo?.
Imágenes sonidos y palabras van deslizándose en mi mente al son de esa música que suena y que me hace comprender que es la partitura de mi vida lo vivido; lo soñado; lo anhelado, deseado y esperado; lo perdido; lo encontrado; lo buscado, lo logrado; lo compartido; lo entregado...

Todo ello me impele a escribir, con un afán de permanencia perpetua, de no olvidar anécdotas, ni trascendencias personales.

Sin embargo, cuando por fin me decido compruebo que todo ello tan solo vivió en mí y solamente desde mi perspectiva puede ser comprendido y amado. No obstante, en otro momento, lo escribiré porque sé que será respetado por ti, lector desconocido, si le dedicas unos instantes de tu vida a leerlo.

En definitiva ya tengo la respuesta:  Solo escribo por mi.