miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Qué es una Empresa?


Hace años aprendí y lo hago mío, que “La Empresa” puede tener varios significados, según a que nos queramos referir, así todo aquello que me lleva a planificar los recursos de los que dispongo con el fin de conseguir un objetivo marcado, deseado, independientemente de que sean bienes materiales, servicios a la sociedad o ilusiones personales.
Siempre que tengo un proyecto personal, con una misión y una visión determinada y llevo a cabo las acciones necesarias para conseguirlo, lo he convertido en mi empresa en ese momento, pues tiene una razón de ser, un por qué y un para qué, es la misión.  
Establezco unos objetivos concretos y una estrategia para lograrlos mediante las tácticas que me lleven a conseguirlo. En definitiva las políticas de actuación que debo seguir.
Ahora bien, para centrarme en las líneas de desarrollo de este tema, haré referencia tan solo al concepto más comúnmente entendido de Empresa  como un ente social que persigue unos fines de desarrollo mediante factores económicos.
Dichos fines deben ser:
cuantificables,
medibles,
alcanzables.
Por tanto, todos los implicados en la empresa se ven afectados del acierto o no, en el desarrollo para la consecución de cada uno de estos.
Quienes forman las partes tiene su propio objetivo y por tanto sus expectativas de cómo alcanzarlos.
Así vemos que hay “emprendedores”, aquellos que tiene una idea de negocio y la ponen en marcha. No siempre es prioritario para ellos conseguir muchos beneficios económicos. Pero si estos no son suficientes para mantener el negocio, este acabará muriendo por inanición económica, salvo que el emprendedor tenga un mecenas y sufrague los costos del proyecto, de por vida.

Existen “capitalistas”, poseedores de recursos económicos, que lo que desean es hacer crecer más su capital. También son necesarios en el mundo empresarial, ya que sin ellos no se podrían poner en funcionamiento las ideas de negocio, o lograr y mantenimiento del crecimiento de los que ya estén en el mercado.
Para realizar las tareas necesarias y obtener así el objetivo de cada empresa, son imprescindibles “los trabajadores”. Estos aportan “trabajo”, sus recursos no son dinerarios, si no capacidad para realizar una tarea. Establecen una relación de contraprestación, mediante un contrato dentro de la legalidad vigente, obteniendo un salario y beneficios sociales, por el trabajo realizado, en las condiciones que el pacto determine.
Ya hemos establecido la primera línea de relación, de unos factores con otros.
Estamos creando una EMPRESA = IDEA---->CAPITAL---->TRABAJO
 A mayor necesidad de trabajo se genera más empleo, puesto que cada trabajador tendrá asignadas unas horas/año, según convenio nacional, sectorial o empresarial, y tal vez alguna hora extra, pero que no deben ser más de 80 horas/año. Esto es lo previsto en la ley.
Siempre que estemos en equilibrio de todas las partes, la empresa funciona.
No obstante sucede con frecuencia que los fines se ven alterados, que los intereses personales cambian y con ello lo que unos “factores” piden a otros puede hacer que el equilibrio se tambalee.
Así nos encontramos que la empresa exige del trabajador que sepa hacer la tarea para la que se le ha contratado y la haga; que la lleve a la práctica con responsabilidad; productividad; eficacia; disponibilidad; no absentismo; acomodación de su salario en función del beneficio empresarial, si no hay beneficio o este disminuye, rebajar el salario…
Según el modelo de empresa y dirección de la misma, en que nos encontremos, los objetivos y tácticas para alcanzarlo se decantarán más por unos aspectos u otros.
Es fácil (aun cuando las nuevas culturas empresariales tienden, al menos en teoría, a cambiar el modelo), que los responsables de gestionar trabajo y personas en el trabajo, prevalicen el trabajo a la persona, principalmente en situaciones de debilidad económica, ya que se pierde la objetividad del trabajo, el objeto primordial del mismo.
La base de ingresos para la supervivencia y la seguridad en el futuro inmediato, procede   fundamentalmente de los recursos económicos de que dispongamos, es por ello que el trabajador pide a la empresa seguridad; estabilidad en el puesto; un puesto digno a la condición humana; salario suficiente; mantenimiento de los beneficios sociales conseguidos; cierta tolerancia sobre su baja productividad cuando se produzca, sobre el absentismo, se ha observado que en las áreas rurales con implantación industrial, en época de recolección de los productos agrícolas, el absentismo aumenta, como consecuencia de que el trabajador que procede de una cultura agropecuaria, no acude al puesto de trabajo en una empresa, para dedicarse por un tiempo limitado a las labores del campo, que tienen fecha de caducidad; reconocimiento por el trabajo bien hecho; una posibilidad real de progresar, un plan de carrera adecuado…; mayor implicación en los problemas de la base.
La relación entre empresa y trabajador es dual. Unos aportan trabajo y los otros lo valoran en términos pecuniarios. Los unos y los otros no son nada sin los otros y los unos, existe una dependencia mutua. Se necesita de ambos para que el sistema funcione.

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