lunes, 15 de marzo de 2010

Un incipiente azul...

Un incipiente azul llena mis ojos, que se transforma, sin apenas notarlo, en un nuevo día.
Dirijo mi mirada hacia el horizonte, por si, con los rayos de sol, pudiera aparecer la princesa. No veo a nadie, me ciega la luz del amanecer. Ni una nube, ni tan solo la estela de un avión que acaba de pasar ante mis ojos…
Silencio, todo es silencio… silencio de sonidos y de imágenes, … nada.
Tan solo los pensamientos, fugaces ideas, que corren entre el parpadeo de mis ojos y los suspiros de vida que brotan de mi corazón.
No quiero. No quiero! detenerme en ninguno de ellos. La vida se me agolpa y me asusta. He vivido tanto y a veces tan poco…
La intensidad de los acontecimientos me ha desbordado tantas veces. He llorado tanto, que puede parecerme a menudo que no tendré nuevas lagrimas que broten de mis ojos. Sin embargo a veces la alegría, y casi siempre el dolor, empañan mis pupilas y surcan mis mejillas la humedad de las lagrimas que no quisiera dejar aflorar.
Busco mil pretextos para no pensar en todos los acontecimientos, que irremediablemente acontecen. Pero ellos son más persistentes de lo que yo deseo, y suceden lo quiera o no.
Cuantos propósitos de no dejarme manipular se vienen abajo, siendo consciente de ello, pero a los que yo doy el “fiat“, el hágase, con un único propósito, que alguien deje de sufrir o sufra un poco menos. Aunque sé que muchos no lo ven así, ni lo entienden, ni lo aprueban,… y que no estarán dispuestos a ayudar y sí a recordar, siempre que se presente la ocasión, “Ya te lo dije…”
Lucho contra todos, pero sobre todo lucho contra mi misma. El corazón y la razón. Intelectualmente lo tengo claro. Afectivamente lo que tengo es un corazón destrozado, que pensaba ya estar recuperado, y ve con miedo como se resquebrajan las cicatrices de todo lo vivido y que el bálsamo de los buenos ratos no consigue disimular.
Trato de mirar de nuevo al horizonte, ver amanecer el sol radiante, por si aparece la princesa. La princesa de cuento de hadas que siempre es feliz.
Quedo cegada por la luz. Cierro los ojos y una oscuridad absoluta se hace dentro de mi. Me cuesta abrir de nuevo los parpados, me ciega la luz. Hoy no soy capaz de ver con nitidez los acontecimientos. No soy capaz de tomar decisiones, o no me siento capaz.
Mañana volveré con un nuevo día y unas nuevas perspectivas a intentarlo.
Dejaré atrás, tal vez, algún prejuicio y pudiera ser que no tuviera en cuenta tanto perjuicio como en estos momentos siento para mi.
La vida es una aventura no siempre prevista.

Mi madre, según ella, casi cien años

Cierra los ojos y esboza una sonrisa.
Reclina la cabeza en el respaldo.
Diríase que duerme...
Desgrana la vida como si fuesen las cuentas de un rosario.
Pasa silenciosa, pero dulce en su recuerdo, año tras año.
La infancia, paseos en el campo, a lomos del caballo, o sentada en el carro.
Los abuelos,...
La Misa del domingo y aquel vestido nuevo con un lazo de raso,...
Abre los ojos y ve que sigo ahí, inmovil a su lado.
Me mira, me sonrie y comienza el relato.
Desgrana muy despacio los recuerdos como desgrana la cuentas del rosario.
Revive aquellos años y la siento felíz.
Los juegos, los amigos, los mozos que trabajan en la casa.
Los paseos, los mimos que le daban.
Todo vuelve de nuevo...
Fija los ojos y pierde la mirada.
Se va hacia el infinito, en busca de los sueños que anhelaba.
Deseaba una vida sin penas, ni dolores
y se le llenó el alma del sabor de los amores.
Amor a sus abuelos, a sus padres.
Apasionado amor al hombre de su vida,
el esposo a quien recuerda entre sonrisas y rubores.
Por sus hijos siempre el corazón inquieto...
Y descubre en la vejez,
cuando se acaba esta vida y no hay ya preocupaciones,
que han sido sus nietos,
quienes le han dado las experiencias mejores.

viernes, 12 de marzo de 2010

La vida don supremo...

Después de constatar que somos cientos de millares los que sabemos que la vida es el don supremo que nos ha sido dado,reflexiono sobre la experienca que viví hace años.
El primero de mis hijos murió al nacer. Cada año en el dia de ese acontecimiento no dejo de pensar: "Hoy celebraríamos su cumpleaños". No le veo, pero sé que está y celebro su concepción. No sé como era, pero era. Tuve conciencia de estar embarazada incluso antes de todas la "pruebas" clínicas. Supe de su presencia en mí, de llevar una vida distinta a la mía una semana después de la concepción. Lo mismo sucedió con los otros dos hijos que sí he conocido, que viven. Sentí el proceso de desarrollo de esas vidas que se engendraron en mí. Hablé con ellos y avanzado el embarazo notaba sus movimientos cuando les hablaba. Entendí que era su modo de comunicarse conmigo, su madre.
Pienso hoy en todas esas vidas truncadas voluntariamente por una madre con la ayuda de un "profesional sanitario", pero que no tiene vocación de ayudar a mantener la salud de esos dos seres humanos, la madre y el hijo.
Pienso en esas madres que cada año en el día de ese acontecimeinto solo podrán decir "hoy hace años que yo le maté".
Yo pienso en el hijo que no conocí con gozo, y me habría gustado tener la alegría de haberle abrazado...
¿En qué piensan esas madres y los que han propiciado que no puedan ejercer su derecho más elemental: nacer, a todos los seres humanos abortados de forma voluntaria?
¿Con qué se llena el vacío que deja una vida arrancada por la propia madre?
La despenalización del aborto voluntario, no hace desaprecer la pena perpetua de ser la causa y razón de la muerte de un no nacido.
Si alguien está en una habitación, detrás de la puerta y sabiendolo disparan, matándole, todos sabemos que es un asesinato. Aunque el asesino no vea al que se protegía detrás de la puerta es culpable y la ley no le protegerá. ¿Por qué no és lo mismo con el no nacido que se protege en el seno de su madre con la puerta de salida cerrada?

miércoles, 3 de marzo de 2010

un proposito

Un nuevo año acaba de empezar. Parece, que el pasado está lejos, que no tiene importancia en nuestras vidas.
El brindis de noche vieja, quiso ser borrón y cuenta nueva.
Atrás queda..., no se qué...
Me parece increíble, hoy, ahora, en este instante, tener que hacer memoria, para traer los recuerdos, las imágenes. Las palabras que he dicho, todo aquello a lo que dije “no lo olvidaré”...
Intento poner en orden todo lo que metió, en el cajón de la memoria, el interés de no olvidar. Siento como un golpeteo de vida, que desea salir de mi interior, revivir hoy lo que sucedió ayer. Ilusos recuerdos, no saben que pasó su momento, su oportunidad. Pero no por eso han dejado de ser importantes en mi vida. Son ellos, sueños aparentes, los testigos de que: he vivido.
Sí, he vivido. He vivido tanto, que en alguna ocasión, el tiempo se debió parar, para dar la oportunidad a los acontecimientos de acontecer, de suceder, de acabar su acción.
Ahora, mirando, con los ojos cerrados, para no distraer con las imágenes, mi pensamiento, siento que todo ha ido deprisa, demasiado deprisa ...
Pocas son las ocasiones en que he tenido la oportunidad de paladear, de escuchar, oler, ver con detalle o tocar, los hechos, pero sobre todo...las personas.
Me pregunto, ¿a dónde iba? ¿qué es lo que me ha sucedido, que requiere ir tan deprisa? ¿por qué pasar de puntillas por la vida?.
Me asusta pensar que he podido, por poner tantas cosas en mi vida, dejar de vivir.
En los últimos minutos del año una amiga, de entre los amigos con los que hace más de veinticinco años, despedimos siempre al que se acaba, recordaba a todos, que hace algunos años, yo decía con frecuencia:
- “Pronto cumpliré cincuenta años y no pienso callar ni una”
a lo que otro amigo preguntó si lo había cumplido. Respondí:
- Sí. Pero cada día trivializo más lo que no me gusta, con lo que tengo menos que decir, y así es muy fácil “no callar ni una
¿Ciertamente, he vivido mucho....?
No sé. Tal vez no importe.
Aunque si sé que aquello que va dando sentido a mi vida, es a la vez la razón de que los acontecimientos, los hechos, lo que sucede,... sea cada día un poco menos importante, desplazando hacia el podio, al pedestal, lo que tiene sentido, lo que da valor a mis recuerdos, lo que hace que un año sea mejor que otro, que me sienta satisfecha del tiempo que ha pasado....son las personas, que con su presencia en mi vida me han hecho sentir viva....
Me propongo vivir.