miércoles, 18 de julio de 2012

¡¡¡ Chapeau !!! (Me levanto el sombrero)

Sin darnos cuenta nos hemos ido adentrando cada una en la vida de la otra y hoy, sin saber como, sabemos que somos amigas.
Sus confidencias y las mías nos han acercado de tal modo que solo podemos decir: "Que cerca estamos" aun cuándo las distancias no nos permitan ni vernos, ni encontrarnos.
Se han producido alteraciones en su vida, pero las sobrelleva con tal dignidad que me sobrecoge. Diríase que no le afectan, pero mientras enciende un cigarrillo, ha vuelto a fumar por sentir algo que la ubique en tiempos mejores, me va desgranando poco a poco los detalles del cambio.
En ningún momento un reproche, para quien le está dejando el vacío existencial, que deja quien ha compartido tu vida durante los últimos treinta años y solo tiene cuarenta y cinco. Toda su vida. Contempla la posibildad del retorno, en un futuro cercano, a la normalidad de hace unos años. Pero no lo espera como tabla de salvación. Desea para él la paz que no tiene. Desea para él que se encuentre a sí mismo. Desea para él lo que le sea mejor... No ha dejado, por todo el presente, de amar su futuro, como amó su pasado.
Le está ayudando a buscar una salida a sus ansias de "vivir" de otra manera.
Le asegura que le ayudará a montar un negocio que le permita seguir manteniéndose. Sus proveedores serán también los de él, ella avalará sus pedidos, para que no duden de su capacidad de pago.
En otro orden de cosas, ha pedido a sus familias, de él y de ella, que todo siga igual. No permite una frase despectiva sobre él. Ni un comentario que pueda ponerle en desventaja, sobre el concepto que todos tuviesen acerca de él. 
Nada que sirva para menospreciarle.
Sabe que no tiene justificación, pues nada ha existido que justifique sus actuaciones, pero verbaliza continuamente: "Necesita estar sólo y clarificarse". Ella sabe de sus lágrimas, del uno y del otro, pero no muestra rencor, odio, o desamor.
Espera que vaya pasando la vida, un dia tras otro, e ir descubriendo el tesoro que cada instante le depara.
Se niega a tirar treinta años por la borda. Le queda la esperanza de recordar lo mucho que le ha amado,... lo mucho que le ama.