viernes, 30 de marzo de 2012

PROFUNDIDAD EN EL SER

En mayo de 1968 corríamos por alcanzar la libertad de expresión, de opinión, de conocimiento, política, religiosa,... fue una lucha ardua y fructuosa. 

Alcanzamos los objetivos porque eran inmateriales, se ceñían al desarrollo humano. Como personas íbamos descubriendo las carencias que teníamos, porque las materiales estaban a la vista de todos, y en la conciencia de cada individuo.

No teníamos coche, pero nos desplazábamos con prontitud allá a dónde queríamos llegar. Esto nos ayudaba a no tener sobre peso. Los gimnasios eran una anécdota en el entorno, para quienes deseaban ser atletas.

Si salíamos a cenar pedíamos un plato de ensalada y un par de huevos fritos con patatas. Era económico y delicioso. Recordemos que no había sobre peso, ni colesterol, ni...
Estábamos todos sanísimos.

Nos revelábamos contra la ignorancia. Contra los cerebros sin ideas. Contra el pasotismo intelectual.
Leíamos a Nietzsche, a Camus, a Ortega y Gasset, a Peguy, a Maritain,...llenábamos nuestra mente de dudas y de ideas que nos hacían pensar, razonar, comparar, discernir ,...entre lo que no teníamos y lo que debíamos desear tener: PROFUNDIDAD EN EL SER.

Ayer el caos se cernió en Barcelona. Me pregunto ¿cuántos de esos jóvenes han leído a los mismos autores que leía yo a su edad? 
Aquellos libros son intemporales, no responden a modas, no tienen campaña de marketing,... pero han formado a una generación,  quizás a dos. Nos han imbuido el respeto, la tolerancia a la persona y la intolerancia al error, el amor al conocimiento,  a la sabiduría, al pensamiento profundo y a la vida coherente. Aquella que piensa lo que dice y lo que hace lo que piensa.
Nos enseñaron a responsabilizarnos de nuestros actos y de sus consecuencias. Aprendimos lo que significa la verdadera libertad y a no tener miedo a ella, por que sabemos para que la tenemos. Nos enseñaron a hacer el bien desde la profundidad de nuestro ser.

Que pena siento por todos los que en lo profundo de su ser solo tienen un vacío que oscurece sus vidas y su futuro. Esos jóvenes incendiarios que siembran el miedo y la destrucción.
A ellos les escribo por si les llega mi experiencia de aquellos difíciles años en que nuestro lema era "La imaginación al poder. Pide lo imposible"
O como se lee en la foto: "Liberad los Libros "
No es el caos y el miedo lo que nos hacen libres, sino imaginación hasta alcanzar la Verdad.

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