lunes, 25 de junio de 2012

IV.- ¿El futuro... nace en el presente?


¿Revolución Social, o Economía Sumergida?
Pero puede sorprender que ante el deterioro económico y social que significa la actual crisis, con un continuo incremento del desempleo y las nulas expectativas de crecimiento a corto plazo, no se produzca una revolución social de envergadura descomunal.

Según datos de Eurostat, a principios de 2012 la tasa de paro en la zona euro es del 10,7%, siendo para España del 23,3%.. En el conjunto de la UE la tasa de paro es 10,1%. En todos los casos creció respecto de Diciembre de 2011. En términos absolutos esto equivale a 24,325 millones de personas que queriendo trabajar no pueden hacerlo,  de estos casi 17 millones lo están en la zona euro. De los cuales un paro del 49,9% se da entre los jóvenes. Es decir, más de 12 millones de jóvenes en edad de trabajar y queriendo hacerlo, no lo hace, por falta de empleo.
Las tasa de paro más altas se dan en los “PIGS” , (Portugal, Italia, Grecia, Spain). Mientras que las más bajas son las de Austria, Países Bajos, y Luxemburgo.

Como no estamos inmersos en una revolución, solo cabe pensar que lo estamos en la “economía sumergida”. Se realizan trabajos no reconocidos y que afectan a “la equidad, eficiencia, y competencia” LV.
Los trabajos no declarados comportan condiciones más precarias, sin prestaciones sociales, y con la consiguiente no aportación de ingresos fiscales, tanto de las empresas como de los contribuyentes. Puede suceder que parte de estos trabajos se realicen por personas que también lo hacen en economía oficial.
Si nos preguntamos ¿por qué habiendo tan poco trabajo algunos tienen más de uno?, acabamos induciendo que son los bajos salarios los que generan esa situación. Por otro lado el hecho de que la economía vaya mal, lleva a la bajada de salarios y los trabajadores con el fin de perder su trabajo están aceptando dichos recortes.

Hemos de hacer aflorar esa situación, para que la recaudación de la hacienda pública sea mayor , pero también para que las cifras de paro real disminuyan y nos demos un ápice de ilusión sobre el futuro de la economía y su consecuente crecimiento,  económico y de bienestar, de las sociedades donde se está produciendo ese ocultismo de la realidad económica.

“La caída de los sueldos puede empeorar los problemas de la economía en otros frentes” P. Krugman. Pensemos en la deuda privada con la que empezó la actual crisis económica. El recorte de un 2% de los salarios, equivale a un aumento del 2% del tipo de interés de los prestamos que se consiguieron para pagar las hipotecas.  Las familias tratan de compensar ese incremento ahorrando, es decir dejando de consumir, con el consecuente agravamiento de la economía, y el aumento del paro. Además, si para reducir deuda se vende y todos quieren vender la consecuencia es una crisis financiera. La bajada de salarios; el ahorro y disminución del consumo; la reducción de la deuda, el desapalancamiento, son las tres paradojas de la que nos habla P. Krugman.


Sin embargo, aún queda un resquicio de esperanza.

Los actuales modelos económicos ya han demostrado que no nos sirven. Puede ser debido a que las condiciones extrínsecas al sistema hayan variado. O bien podría ser que el propio sistema es el que ha variado sin habernos percatado de ello. Lo cierto es que algo ha cambiado y hay que descubrirlo.

Hasta ahora hemos estado creciendo por el deseo exacerbado de poseer más que el otro, de consumir tanto como pudiésemos, de gastar lo que teníamos y lo que no podíamos llegar a pagar nunca.
Hemos adquirido cosas para mostrar al exterior, que si las teníamos es que éramos “más” que los otros.
Hemos consumido productos innecesarios para disponer de una buena cuota de bien estar.
Hemos gastado sin freno, pues para ello las entidades bancarias nos ofrecían el dinero que hiciera falta. Aunque después no tuviésemos capacidad económica para devolverlo.
Todo esto se ha hecho a titulo individual y social.
Ha llegado el momento de medir nuestras fuerzas , como individuos y como sociedad; a nivel local y mundial.
Hoy los pobres son más pobres y los ricos más ricos, de cada uno de nosotros depende que la justicia social, el reparto equitativo de los bienes y servicios... no llegue tarde para la mayoría.

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