lunes, 17 de enero de 2011

Ya verás cuando seas mayor..

Cuando era joven me decían "Ya verás cuando seas mayor...". Soy mayor y me puede quedar mucho por ver, pero entre tanto miro de no dejar de ver a quien tengo cerca, para que no se aleje; a los amigos, para seguir siéndolo; a algunos enemigos por si quieren dejar de serlo; al que sufre, por si puedo ayudarle; al que ríe, para que se me contagie;... a la vida, para seguir viviendo...

No siempre está tan claro. Puede que mire sin ver, porque el bosque no me deje ver los árboles, y así no disfruto de su altura, de sus ramas, de su follaje, pero sobre todo de quien los habita.
Igual me sucede en lo cotidiano. Voy tantas veces con la mirada perdida…Perdida en el horizonte, buscando un objetivo que no encuentro, algo, alguien, en quien fijar la atención, como si aquí y ahora no hubiese nada para ver. O acaso ¿es que no quiero detenerme en lo cercano, porque puede ser demasiado real para mí?

Pero la realidad es muy tozuda y se muestra implacable, sin darte sosiego.
Una mano en la espalda…
Una sombra tras de mí…
Unos llantos infantiles…
El rumor de las olas cuando besan la playa o cuando la inundan…
El tren que pasa silbando cargado de viajeros…
El sol que se esconde, o le tapan, tras la nube…
La misma nube que se forma y se reforma ofreciendo sugerencias..
Las voces irreconocibles…y aquellas que reconozco en los próximos. Próximos en el tiempo, en el lugar, en el corazón…En mi vida…

He encontrado muchas razones para mirar y para no dejar de ver.

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