
Siempre que
tengo un proyecto personal, con una misión y una visión determinada y llevo a cabo
las acciones necesarias para conseguirlo, lo he convertido en mi empresa en ese momento, pues tiene
una razón de ser, un por qué y un para qué, es la misión.
Establezco
unos objetivos concretos y una estrategia para lograrlos mediante las tácticas que me lleven a conseguirlo. En
definitiva las políticas de actuación que debo seguir.
Ahora bien,
para centrarme en las líneas de desarrollo de este tema, haré referencia tan
solo al concepto más comúnmente entendido de Empresa como un ente social que
persigue unos fines de desarrollo mediante factores económicos.
Dichos fines
deben ser:
cuantificables,
medibles,
alcanzables.
Por tanto,
todos los implicados en la empresa se ven afectados del acierto o no, en el
desarrollo para la consecución de cada uno de estos.
Quienes
forman las partes tiene su propio objetivo y por tanto sus expectativas de cómo
alcanzarlos.
Así vemos que
hay “emprendedores”, aquellos que
tiene una idea de negocio y la ponen en marcha. No siempre es prioritario para
ellos conseguir muchos beneficios económicos. Pero si estos no son suficientes
para mantener el negocio, este acabará muriendo por inanición económica, salvo
que el emprendedor tenga un mecenas y sufrague los costos del proyecto, de por
vida.
Existen “capitalistas”, poseedores de recursos
económicos, que lo que desean es hacer crecer más su capital. También son
necesarios en el mundo empresarial, ya que sin ellos no se podrían poner en
funcionamiento las ideas de negocio, o lograr y mantenimiento del crecimiento
de los que ya estén en el mercado.
Para realizar
las tareas necesarias y obtener así el objetivo de cada empresa, son
imprescindibles “los trabajadores”.
Estos aportan “trabajo”, sus recursos no son dinerarios, si no capacidad
para realizar una tarea. Establecen una relación de contraprestación,
mediante un contrato dentro de la legalidad vigente, obteniendo un salario y
beneficios sociales, por el trabajo realizado, en las condiciones que el pacto
determine.
Ya hemos
establecido la primera línea de relación, de unos factores con otros.
Estamos creando una EMPRESA = IDEA---->CAPITAL---->TRABAJO
A mayor necesidad de trabajo se genera más empleo, puesto que cada trabajador
tendrá asignadas unas horas/año, según convenio
nacional, sectorial o empresarial, y tal vez alguna hora extra, pero que no
deben ser más de 80 horas/año. Esto es lo previsto en la ley.
Siempre que
estemos en equilibrio de todas las partes, la empresa funciona.
No obstante
sucede con frecuencia que los fines se ven alterados, que los intereses personales
cambian y con ello lo que unos “factores” piden a otros puede hacer que el
equilibrio se tambalee.
Así nos
encontramos que la empresa exige del trabajador que sepa hacer la tarea para la
que se le ha contratado y la haga; que la lleve a la práctica con responsabilidad;
productividad; eficacia; disponibilidad; no absentismo; acomodación de su
salario en función del beneficio empresarial, si no hay beneficio o este
disminuye, rebajar el salario…
Según el
modelo de empresa y dirección de la misma, en que nos encontremos, los
objetivos y tácticas para alcanzarlo se decantarán más por unos aspectos u
otros.
Es fácil (aun
cuando las nuevas culturas empresariales tienden, al menos en teoría, a cambiar
el modelo), que los responsables de gestionar trabajo y personas en el trabajo,
prevalicen el trabajo a la persona, principalmente en situaciones de debilidad
económica, ya que se pierde la objetividad del trabajo, el objeto primordial
del mismo.
La base de
ingresos para la supervivencia y la seguridad en el futuro inmediato,
procede
fundamentalmente de los recursos económicos de que dispongamos, es por
ello que el trabajador pide a la empresa seguridad; estabilidad en el puesto;
un puesto digno a la condición humana; salario suficiente; mantenimiento de los
beneficios sociales conseguidos; cierta tolerancia sobre su baja productividad
cuando se produzca, sobre el absentismo, se ha observado que en las áreas
rurales con implantación industrial, en época de recolección de los productos
agrícolas, el absentismo aumenta, como consecuencia de que el trabajador que
procede de una cultura agropecuaria, no acude al puesto de trabajo en una
empresa, para dedicarse por un tiempo limitado a las labores del campo, que
tienen fecha de caducidad; reconocimiento por el trabajo bien hecho; una
posibilidad real de progresar, un plan de carrera adecuado…; mayor implicación
en los problemas de la base.
La relación
entre empresa y trabajador es dual. Unos aportan trabajo y los otros lo valoran
en términos pecuniarios. Los unos y los otros no son nada sin los otros y los
unos, existe una dependencia mutua. Se necesita de ambos para que el sistema
funcione.
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