Con frecuencia, cuando queremos hacer notar que "hace mucho tiempo", usamos la expresión "hace un siglo". No es cierto que aquello de lo que hablamos haya cumplido o sucedido hace 100 años. Solemos recurrir a esa expresión porque la cuestión sobre la que estamos disertando es banal, o ya no tiene importancia. Nuestra pretensión es, en general, quitarle importancia, pues aquello que hace tanto sucedió hoy ya no tiene influencia en nuestra vida. Parece como si no hubiese ocurrido, como si pudiésemos prescindir de es acontecimiento, como si eso no fuese con nosotros...
No obstante hay acontecimientos que, por lejos que estén, son trascendentales para nosotros, para nuestra vida, para ser lo que somos y ser como somos.
En un pequeño, muy pequeño, pueblo, al que has de ir, porque no va de paso a ningún sitio, cerca de Cartagena, ocurrió el hecho más singular y necesario para la vida de un grupo de personas: nosotros, cuatro hermanos, con diez hijos entre todos y ocho hijos de estos (uno por nacer).
Es ese acontecimiento el que nos ha permitido ser.
Trascendentalmente para nosotros, el 18 de octubre de 1916 nació mi madre. Sí, cumplió 100 años.
Su vida está todavía llena de esperanza, de ganas de seguir. Suele decir : "A mi del Cielo que no me llamen que no les hago ninguna falta". Este es el indicador más fiable de sus ansias de vida.
No obstante todos, incluso ella, sabemos que no estará eternamente en este mundo.Tiene (y tenemos) la esperanza de una vida mejor. Su cuerpo se quedará, el envase le digo yo, pero todo lo que es y ha sido; lo que ha hecho y lo que la ha hecho a ella misma; lo que ha dejado en nosotros y en sus nietos. Las oportunidades de atenderla, de gozarla, de entristecernos, de ser pacientes, tolerantes, de controlarnos ante sus debilidades, de reírnos juntos, de escucharnos mutuamente, de pedir silenciosa nuestra ayuda y poder dársela; de no reconocernos, pero sin olvidarnos y pudiendo recuperar la fugaz memoria, de quienes somos los que hemos llenado su corazón de anhelos y de vida...Todo esto y mucho más ¡¡¡ sí quedará !!!
Su vida está todavía llena de esperanza, de ganas de seguir. Suele decir : "A mi del Cielo que no me llamen que no les hago ninguna falta". Este es el indicador más fiable de sus ansias de vida.
No obstante todos, incluso ella, sabemos que no estará eternamente en este mundo.Tiene (y tenemos) la esperanza de una vida mejor. Su cuerpo se quedará, el envase le digo yo, pero todo lo que es y ha sido; lo que ha hecho y lo que la ha hecho a ella misma; lo que ha dejado en nosotros y en sus nietos. Las oportunidades de atenderla, de gozarla, de entristecernos, de ser pacientes, tolerantes, de controlarnos ante sus debilidades, de reírnos juntos, de escucharnos mutuamente, de pedir silenciosa nuestra ayuda y poder dársela; de no reconocernos, pero sin olvidarnos y pudiendo recuperar la fugaz memoria, de quienes somos los que hemos llenado su corazón de anhelos y de vida...Todo esto y mucho más ¡¡¡ sí quedará !!!